lunes, 18 de junio de 2012

Huyendo del peligro


        Miedo. Esa es la palabra que describe perfectamente lo que sentí cuando empecé a leer aquella noche lo que la ex novia de mi mejor amigo me comentaba.
         Ella siempre hablaba de sus sueños, de cómo los controlaba y cómo podía meterse en nuestros pensamientos. Pero esa noche… esa noche yo empecé a creer que estaba metida en cosas que no debía y que la solución era alejarme.
         Me habló de una pesadilla, en la cual me veía en un círculo, desnuda y que yo sería sacrificada para honrar a la Diosa. La tildé de loca. ¿Acaso había visto ella demasiadas películas como para llegar a pensar eso? Luego lo entendí todo.
         Me decía que rezara unas cosas, que meditara y que intentara ponerme protecciones, porque querían hacerme daño. Pasaron unos meses y yo fui a su ciudad, la conocí y me habló muy poco de la religión. Era como si ocultase algo.  
         Incluso, hubo un momento en el cual tuve muchos problemas y ella me decía que quería enviarle cosas negativas a quien me estaba haciendo daño. Ese fue el toque que necesitaba para salir huyendo. ¿Cómo podía una wiccana pensar en hacerle daño a otra persona?
         Recuerdo que cuando me alejé se lo comuniqué a mi mejor amigo y me dijo que ella le había confesado que quería salirse de todo esto pero que no la dejaban, que obtendría un castigo si lo hacía. Sí, estaba en cosas malas, definitivamente, y ese no era el camino que yo quería tomar.
         Así que empecé a investigar, practicar y celebrar por mí misma, consultando con algunos contactos por internet y haciendo amigos interesados en lo mismo que yo. Hasta que hallé al grupo perfecto y eso se los contaré muy pronto.
         Que los Dioses iluminen su camino.

De regreso



         Había abandonado un poco esta suerte de diario porque estuve recibiendo muchos comentarios negativos y preferí continuar el camino sin opiniones malintencionadas para enfocarme y lograr lo que siempre he querido: convertirme en una verdadera wiccana.
         Lo sorprendente de todo el asunto es que los ataques los recibía de parte de personas que hacen llamarse wiccanos también, pero que según mi opinión y el conocimiento que tengo hasta ahora, no han entendido el significado del “vive y deja vivir”.
         En fin, ya dejando eso a un lado, les cuento que vengo con muchas ganas de seguir relatando lo que son mis vivencias en este nuevo camino que hace dos años llevo transitando pero que es últimamente cuando más fuerte lo he vivido gracias a que ya tengo un maestro que no sólo me ayuda, sino que me hace enamorarme cada vez más de este hermoso sendero.
         El año pasado les comenté que todo empezó gracias a que mi mejor amigo tuvo una novia wiccana y al hablarme de la religión yo empecé a averiguar y descubrí que era mi camino. Pues, esa persona me estuvo intentando guiar, pero yo sentí muchísima desconfianza.
         A pesar de que yo leía mucho acerca del tema, buscar en internet o leer libros no te da un orden exacto para aprender, así que estaba bastante confundida y la chica en cuestión no me aclaraba mucho, sólo me llenaba de más información desordenada.
         Si algo debo agradecerle es la buena música que me recomendó y el haberme dado esa chispa que estaba esperando para poder empezar a vivir la vida plenamente, en equilibrio con el Universo.
         Seguiré contándoles cómo sucedió todo con esta wiccana que se me cruzó en el camino por unos instantes y que luego decidí dejar a un lado e iniciar mi propia educación. Bendiciones de luz para todos ustedes.