viernes, 30 de septiembre de 2011

Conocimientos básicos

         Recuerdo que alguien me dijo, a manera de burla, que me gustaba jugar a las escobitas y los sombreritos de bruja. Yo sólo reí y me lamenté por su ignorancia. Pero eso sólo dejaba claro algo: la gente muchas veces teme o se burla de lo desconocido.
         Eso era normal. Incluso yo aún no conocía muy bien todo esto, sólo me dedicaba a leer y buscar dentro de mí. Fue entonces cuando entendí muchas cosas.
         Les contaré cosas básicas del wiccanismo para que lo vayan entendiendo. Nosotros tenemos dos Dioses principales: el Sol y la Luna.  La Diosa Madre y el Dios Padre son el equilibrio de lo femenino y lo masculino. La Diosa es quien todo lo concibe y el Dios es la chispa de vida dentro de ella.
         La Diosa es entonces quien da la vida y el Dios Astado representa las cosechas, porque muere y renace en cada ciclo anual. Ambos, forman un todo. La Diosa es virgen, madre y anciana, cumpliendo así su ciclo y terminando en una luna oscura, que es la fase de la luna nueva.
         Pero no nos dedicamos simplemente a creer en Dioses y realizar hechizos, tenemos una regla de vida: “Haz lo que quieras, mas no dañes a nadie”, porque todo el daño que se haga se recibe de vuelta multiplicado por tres.
         Después de todo, esto es sólo algo básico y no todos creemos en lo mismo. No tenemos una Biblia, como los cristianos, ni hacemos cultos ni intentamos conseguir seguidores. Simplemente llevamos un estilo de vida en equilibrio con el Universo.
         Y no, no porque nos hagamos llamar brujas o brujos somos malos ni volamos en escobas, pero poco a poco les iré contando más acerca de este mundo temido por algunos por el simple hecho de desconocerlo. Bendiciones.

Un nuevo estilo de vida

     La web fue lo primero que se me ocurrió explorar para terminar con la curiosidad que tenía acerca de la religión Wicca. Recuerdo que leí algunas páginas básicas, donde describían de qué se trataba todo. ¡Lo había encontrado! Esto era lo que sentía, amaba, quería para mi vida.
Mi emoción no era normal y se lo comenté a mi madre. Sólo me miró de forma extraña y no hizo comentarios al respecto pero yo estaba con una sonrisa enorme en la cara, leyendo cada vez más, buscando, sintiendo.
         No sé cuántas veces le di gracias a la Luna esa noche, que recuerdo se veía enorme en mi balcón. Desde ese momento, emprendí este viaje a un mundo maravilloso, un camino que me hace inmensamente feliz, aunque la Tierra se esté viniendo abajo.
         Desde entonces, no sigo una religión, sino un estilo de vida. Esto para mí es el wiccanismo, la manera de hacer el bien al mundo, y recibirlo tres veces de vuelta. El siguiente paso llegó solo, lo importante es que ya estaban en el lugar indicado.

Así comenzó todo...

        Toda una vida viviendo como católica. Fui bautizada, hice la comunión y fui confirmada. Todo realizado por mi familia. Siempre supe que estaba en el lugar incorrecto, siempre sentí dentro de mí que había algo más, un camino que aún me faltaba por recorrer.
         No sentía fe por la iglesia ni por los santos. Intentaba rezarles, pero no sentía que en verdad ellos estaban escuchándome. Sin embargo, siempre hablé con alguien, todo el tiempo estuvo oyendo y sin abandonarme: la Luna.
         Pero no tenía claro qué era lo que quería. Pensaba en un Dios marciano. Sentía que mis dones (de los cuales hablaré más adelante) me llevaban hacia una religión que aún no conocía, pero sabía que existía.
         Amaba las velas, los inciensos, la naturaleza por sobre todas las cosas. Sentía atracción por los hechizos, por bailar bajo la lluvia, y siempre estuve totalmente enamorada de la que hoy es mi Diosa Madre.
         Extrañamente, me sentía tremendamente feliz los 31 de octubre, siempre fueron mi fecha favorita y cada año los celebraba. El camino siempre estuvo dentro de mí.
         Hasta que un día, luego de 25 años en esta vida actual, mi mejor amigo me habló de su novia wiccana. En ese momento la curiosidad despertó en mi cuerpo, y así fue como comenzó todo.